El músico y poeta Alcibíades Alarcón fue homenajeado en la Escuela Fraternidad Nº4, donde cursó la primaria entre 1947 y 1953. Alumnos de cuarto a séptimo grado escucharon la historia del artista. Se busca llevar la actividad a otros establecimientos escolares.
En 1947, siendo apenas un “gurisito canilla poí” de siete años, un tal Alcibíades Alarcón ingresaba a la Escuela Superior Fraternidad Nº4 para comenzar su educación primaria en ese barrio tradicional, cercano a la ribera del río Paraná de aquella “Posadas del ayer” que supo colorear con sus versos El Mensú Ramón Ayala. Justamente ese rincón de la ciudad, otrora con callecitas de tierra y arena, por donde transitaban incansables pescadores y villenas, fue el vecindario donde Alcibíades vivió durante su infancia.
En uno de los salones de esta escuela, fundada en 1903 y situada sobre calle Salta, hoy a pocas cuadras de la costanera, la institución escolar junto al ministerio de Cultura de la Provincia, le rindieron homenaje al músico, poeta y ex alumno Alarcón. Sucedió en la mañana de este jueves, cuando alumnos de cuarto a séptimo grado, en compañía de docentes y autoridades, recibieron a la comitiva que arribó para compartir una sencilla pero emotiva actividad en conmemoración al autor de himnos populares como “Por un trompito y un tren” y “Misionero y guaraní”.
“Alci”, de la Fraternidad
La comunidad educativa recibió a los visitantes con un decorado especial y con la exhibición de los archivos y registros históricos que dan cuenta del paso de “Alci” (como le decían sus maestras) por “la Fraternidad”.
Carmen Alfaro, directora de la institución educativa, brindó unas palabras de bienvenida. “Es una gran alegría abrir las puertas de la escuela para este homenaje. Aquí, Alcibíades aprendió a leer y a escribir, transitó por estos patios, fue un niño feliz como quienes son alumnos hoy. Y es importante para nosotros que los chicos conozcan quién fue este ex alumno y su importancia para nuestra cultura” expresó la directora.
Luego dirigió unas palabras el promotor cultural, miembro de la Comisión Permanente de Homenaje a Alcibíades Alarcón y vecino del barrio Fraternidad, Roberto “Polaco” Acosta. “En lo personal me llena de emoción estar en esta escuela, porque yo también fui alumno. Soy vecino, como Alcibíades. Él, como hombre de nuestra tierra, tuvo como mayor inspiración su lugar, los paisajes y personajes que vivía cada día”.
Estuvo presente Víctor “Kiko” Alarcón, que además de ser hijo de Alcibíades, también cursó sus estudios primarios en el establecimiento. Como ocurriera hace algunos días en el cementerio La Piedad, “Kiko” relató una anécdota, pero que en este caso remite al “poeta de Misiones” en su faceta de padre. “Una vez yo me había portado mal, y la maestra mandó una nota. Cuando papá leyó, escribió dos hojas de cuaderno para que yo llevase un día siguiente. La maestra leyó esas hojas y le mostró al director. Después eso se leyó en un acto, porque hablaba del respeto que hay que tener a los maestros y a los mayores, que es algo que papá siempre nos inculcó” contó “Kiko”, emocionado.
A su turno, el ministro de Cultura Joselo Schuap, dialogó con los pequeños estudiantes, acerca de la relevancia de la identidad misionera y el enorme aporte que Alcibíades Alarcón dejó como legado en ese sentido. “Esta es la primera escuela primaria con la que estamos compartiendo esta actividad, pero la idea es recorrer muchas más, para mantener viva la memoria y la obra de Alcibíades” señaló Schuap. Su intercambio con los niños dio paso a un cierre musical y a viva voz entre todos los presentes, de la mano del músico Leo González.
Por la Secretaría de Estado de Cultura acudieron, además, la Subsecretaria de Fomento y Regiones Culturales, María Laura Lagable, la directora de la Región Capital, Lucía Mikitiuk, el director de Coordinación y Gestión Cultural, Ernesto Lozina y el responsable del Espacio Cultural Flora, Alejandrino Vázquez. También estuvo presente el legislador Mario Pegoraro, autor del proyecto de ley que instauró el 16 de abril como el Día del Músico Misionero, la diputada provincial Yamila Ruiz, el presidente de la asociación Flor del Desierto, Juan Sureda (que hizo entrega de un libro sobre Andresito y Artigas a la biblioteca escolar) y representantes de la organización Músicos Populares Misioneros (MPM).