El emblemático espacio de Belgrano y General Paz cumple años, y los festeja con una jornada repleta de actividades artísticas que darán inicio a las 17 hs.
Mañana jueves 18 de mayo, el Centro Cultural Vicente Cidade -CCC- cumple 32 desde su fundación. Una institución emblemática para las artes escénicas y un espacio por el cual han pasado un sin número de artistas y expresiones culturales, que, a través de funciones, espectáculos, exposiciones y talleres abiertos al público, supieron afianzar esta casona convertida en un auténtico ícono cultural de la capital provincial.La joranda dará inicio a las 17 hs. y habrá actividades para los más peques, con Ofelia Cendra, intervenciones teatrales y de danza, además de música con Pomelo Mottola y un cierre a cargo del Ballet Folklórico del Parque del Conocimiento
Un poco de historia
El antecedente inmediato del CCC es el Centro Cultural Misiones, inaugurado en 1988 bajo la gestión del gobernador Julio Humada, denominación que se modificaría en 2005, cuando por decisión del gobernador Carlos Rovira y del entonces Subsecretario de Cultura, Isaac Sevi, el espacio pasó a llevar el nombre del gran músico Vicente Cidade.
Las salas que componen el Cidade, fueron epicentro de veladas memorables para el arte misionero, aunque también supieron albergar espectáculos y muestras a cargo de artistas provenientes de diferentes lugares del mundo. Todo este caudal cultural se sostiene en buena medida gracias a los trabajadores y trabajadoras del lugar. Desde la atención al público al mantenimiento, pasando por la administración y la técnica, cada uno de los trabajadores del CCC representa un eslabón clave para su funcionamiento. Son ellos, quienes garantizan con sus conocimientos y su diaria dedicación, que tanto artistas como visitantes tengan la mejor experiencia posible en su paso por aquí.
“Estas paredes son testigos de veladas artísticas inolvidables”
Uno de estos trabajadores es Armando Ortellado, jefe técnico de sonido que trabaja en el CCC desde su apertura, es decir, desde hace 32 años. “Yo empecé a trabajar en el área de Cultura en 1991, cuando este lugar aún era el Centro Cultural Misiones. Allí, siendo muy joven hice mis primeras tareas como técnico de sonido, y tuve compañeros que fueron mis maestros” recuerda un hombre que hoy es el responsable del equipo que trabaja en cada puesta en escena que tiene lugar en el CCC, independientemente de la disciplina artística que se desarrolle.
Ortellado trabajó durante más de tres décadas en espectáculos teatrales, musicales, de danza y títeres. Desde ese lugar invisible al público, cuya guarida central se encuentra en el piso superior de la Sala Horacio Quiroga, Ortellado fue testigo silencioso del crecimiento de proyectos artísticos muy importantes del movimiento cultural autóctono.
“Recuerdo mis primeros trabajos en sonido, junto a músicos como grupo vocal Enarmonía, o Karoso Zuetta, José Larzábal; en la danza con Laura de Aira, Marisil Ceccarini, quienes siempre pusieron en escena espectáculos innovadores; en teatro con grandes como Luis Andrada, Rulo Fernández; puedo nombrar a los títeres de La Papa del Octavo, que luego se convertiría en Kossa Nostra, y así tuve el privilegio de trabajar con muchísimos artistas en este lugar mágico que es el Cidade” evocó el técnico.
Anecdotario
Las memorias de Ortellado se nutren de anécdotas y emociones que afloran en fechas especiales como las que convocan a este artículo. “Cada aniversario del Cidade, que es mi segundo hogar, resulta muy movilizante, ya que a la alegría por un año más de vida de este lugar, se suma la nostalgia por aquellos compañeros y amigos artistas que ya no están” sostiene Ortellado.
“Mi filosofía de trabajo fue siempre brindar lo mejor, hacer las cosas de la mejor manera sin pensar si se trata de un artista o un grupo consagrado o alguien que recién está comenzando. Nosotros, los técnicos que trabajamos con el sonido y las luces en escena, somos parte del espectáculo, necesitamos sentir y estar comprometidos al ciento por ciento para que todo salga como tiene que ser, aunque como en todo rubro siempre pueden pasar cosas”, señala.
En ese tren de anécdotas, irrumpen escenas inolvidables, como la de la noche en que, ante un pequeño desperfecto, el maestro Ramón Ayala le pidió a Armando -despertando risas cómplices en la audiencia- que “saque el duende de la guitarra” o cuando el propio Vicente Cidade se paseaba por los salones del Centro Cultural tocando su violín, “y nosotros en broma decíamos `que alguien mate a ese grillo`, y él siempre se reía, siempre bien predispuesto”. El juglar de las artes plásticas Zygmunt Kowalski, la multifacética Ofelia Cendra, o el eximio guitarrista César “Pomelo” Mottola (que dicta talleres en el Cidade hace casi tres décadas) son apenas algunos de los tantos personajes que aparecen en las fábulas y leyendas que con enorme respeto y cariño salvaguardan los trabajadores del CCC.
“Este lugar, principalmente la sala Quiroga, tiene su propia impronta, su encanto, y esto tiene que ver con la construcción, con la acústica y muchas otras virtudes. Es un espacio ideal para las artes escénicas y un privilegio para la ciudad contar con un lugar de estas características” concluye Ortellado.
Por muchos años más
El Centro Cultural Vicente Cidade depende de la subsecretaría de Relaciones Públicas e Institucionales, del Ministerio de Cultura, y su directora es la artista Camila Arrechea, quien además de estar al frente de la gestión del espacio, guarda una relación especial con la historia de la institución. “Con apenas cuatro años de edad, comencé mis actividades artísticas en un taller que todavía sigue vigente, que es el de Ofelia Cendra” cuenta Camila.
“Hoy me siento muy feliz de formar parte del equipo del CCC, que es un lugar con mucha magia, donde se realizan una gran cantidad de eventos y talleres; un espacio que va creciendo día a día y año a año. Este lugar me llena el corazón. Es un orgullo ser parte y poder ayudar a que siga creciendo” finalizó.