Ante las malas condiciones climáticas, la organización decidió suspender el evento cuando promediaba la velada. “La seguridad de artistas, técnicos y el público es lo más importante”, expresó el ministro de Cultura Joselo Schuap al numeroso público cuando se tomó la decisión. Ante la contingencia, el Chango Spasiuk empuñó su acordeón y junto a sus músicos, regalaron una dosis de música en formato acústico y modalidad fogón.
Luego de un inicio puntual, con los bailarines del Colectivo Folklórico “Soñadores” desplegando un vigoroso homenaje al prócer Andresito Guacurarí, el cielo amenazaba con jugar una mala pasada al 2do Festival Internacional del Chamamé de las Tres Fronteras; y a las 21.30 hs. se tuvo que tomar la más difícil decisión. Aunque la lluvia no se convirtió en temporal, fue suficiente para mojar todo el escenario y las conexiones eléctricas, poniendo en riesgo a artistas, técnicos y público que se sumó en gran número y desde temprana hora a la Costanera Eduardo Arrabal.
“No es común, ni fácil, tomar esta decisión, expresó Joselo Schuap al público al comunicar la decisión. Entiendo que algunos piensen que como no llueve fuerte se podría continuar, y crean que es lo que más querríamos, pero en estas condiciones no se puede garantizar la seguridad, y eso es más importante que el motivo que nos trajo hoy. Oportunamente reprogramaremos los números artísticos que quedaron sin actuar, pero hoy lo más importante es velar por la seguridad de todos y todas”, manifestó ante el gesto de aprobación de la mayoría y, claro, un poco de desazón en algunos que quedaron sin disfrutar a sus ídolos, como Mario Bofill, María Ofelia y varios más.
Un Chango a prueba de agua
La suspensión del evento se dio al finalizar el set de Fabián Meza, cuando Tomasito, el crédito local, se aprestaba a subir al escenario y el Chango Spasiuk y sus músicos se encontraban en los camarines esperando la hora de su show. Ante la contingencia climática, y en una demostración de empatía tanto con el público como con la organización, regaló un bello y único momento musical para los presentes que no habían tomado reparo en la tenue lluvia y se llevaron un regalo inesperado, que se vio potenciado cuando Damián Lemes y sus músicos entrerrianos se sumaron regalando unas chamarritas en una ronda que, a esta altura, ya casi tomaba forma de juntada de fogón.