Ronda, Micol y Alejandra Melgarejo son las tres artistas invitadas a la instancia final del Mate Rock, mañana sábado desde las 17 hs. en el Anfiteatro Natural “El Brete” de la ciudad de Posadas. Antes de que ellas suban al escenario las ocho finalistas pugnarán por el premio final del concurso organizado por el Ministerio de Cultura y el INYM.
La instancia final del Mate Rock se iniciará el sábado 29 desde las 17 hs. en el escenario del Anfiteatro El Brete. En performances de 20 minutos por banda, por allí pasarán Lente, de Puerto Esperanza (Región Norte), Flotando en el Jardín, de Candelaria (Región Sur), Araucaria, de Capioví (Región Río Paraná), DeadGone, de Oberá y Manukas, de Alem (Región Río Uruguay) y D’ la Nada, Mostro e Iris, de Posadas (Región Capital).
Pasadas las 22 -y mientras el jurado delibera-, será el turno de Alejandra Melgarejo, con la banda “Aurazul”, Ronda y Los Nenecos, y el cierre con Micol Ortas, quien arrancó su carrera solista justamente en la apertura de este certamen, el año pasado con la visita del señor David Lebon.
La realización del Mate Rock, llevada adelante por el Ministerio de Cultura junto con el Instituto Nacional de la Yerba Mate -INYM-, cuenta con el apoyo del Instituto Nacional de la Música -INAMU-, Radio Nacional Iguazú, la empresa Crucero del Norte -encargada de los traslados de la producción y artistas, y la Municipalidad de Posadas a través de sus secretarías de Turismo y Cultura y de Movilidad Urbana, sin cuya colaboración sería imposible realizar un evento de esta magnitud.
Alejandra Melgarejo y un reencuentro con el público misionero
A Alejandra Melgarejo la recordarán muy bien quienes hayan transitado la escena del rock local de mediados hasta finales de los 90 hasta, cuando le ponía su voz a la banda “La Ruta”, y más difícil aún de olvidar era su perfomance en ese delirio cósmico de “El gran baile en el cielo”, de Pink Floyd, sin restarle un ápice al desafío vocal de este clásico.
Hoy vuelve a escena en el marco del proyecto “Aurazul”, una banda de música popular y rock, creada junto al guitarrista, arreglador y productor musical Juan Manuel Palma, nacido en Buenos Aires. Ellos son dos músicos con trayectoria, que se encontraron en la gran ciudad y emprendieron un viaje a través de los ritmos populares, dándole forma al sonido de su primer disco “La salida es hacia dentro”, que cuenta con canciones de su autoría y versiones de canciones de otros compositores. “Al inicio éramos un dúo electroacústico, y a veces contratábamos sesionistas”. Una vez que se asentaron en Posadas, terminaron de conformar su banda con Darío Fleitas en percusión, Ricardo Prieto en batería, y Polak Fernández en bajo.
En estos más de 20 años, Alejandra no se quedó quieta: grabó su proyecto solista “Urbana”, participó en Rock del País, del canal Volver, viajó, cantó por aquí y por allá, hasta encontrarse con Juan Manuel, formar pareja y además crear “Aurazul” con él. El año 2021 los tuvo conformando “Cantoras.ar”, disco federal declarado de interés cultural nacional, en el que representaron a la provincia de Misiones. Juntos editaron el álbum “La salida es hacia adentro” y están preparando el nuevo disco “Causa y efecto”.
Con respecto a la ley de cupo, la artista confiesa: “nunca tuve que exigir mi lugar, mi vivencia es que en el arte no hay géneros. Sin embargo, los tiempos cambian y las nuevas generaciones tienen otras necesidades”. Cuenta que con su pareja tienen su propia productora -Indigo Audiovisual-, “y desde allí trabajamos. A los dos nos gusta mucho la producción, estamos preparando un show que se llamará ‘Cuando ellas dicen’, con Patricia Silvero y Ceci Simonetti”.
Además de cantar, Alejandra desarrolló un método terapéutico en el cual trabaja la herramienta de la voz para deshacer bloqueos corporales, fundada en sus conocimientos de yoga y de coach vocal. En los talleres y sesiones personalizadas que brinda, disfruta de trabajar desde la perspectiva natural que ella misma practica. “Creo que por eso no me dañé la voz. Es que en cualquier área, irse del registro que cada uno tiene…tiene su costo”, asegura.
En noviembre se cumple un año de instalarse en Posadas. “Vivíamos en Buenos Aires, pero cuando surgió la posibilidad de tener algo propio, no lo dudamos. Igual, viajamos un montón, presentamos el disco en la Patagonia, hicimos algunas presentaciones por acá”. En ese contexto, “estar en el cierre del Mate Rock se agradece muchísimo. Es un placer actuar en un escenario así y, además, compartirlo con estas otras artistas, a las que aún no conozco personalmente, pero sí a través de su obra. Todo un disfrute”.
Ronda y la música como un espacio de juego
Mariana Méndez Caldeira es una cantautora e intérprete vocal que se caracteriza por su impronta espontánea, sagaz y hasta divertida. Desde el 2012 “Ronda” recorre la escena musical de la provincia con composiciones que describen paisajes y costumbres de Misiones, con pulso picante y risueño, contando historias de la vida real, ancladas en la tierra roja. Bossa nova, funk, rockabilly, foxtrot, reggae, boleros, cumbia y canciones de raíz latinoamericana, son los géneros que incluye y fusiona en su repertorio.
“En el momento uno, cuando compuse mi primera canción -hace como 20 años atrás- sentí que ese lugar era para mí”, cuenta Ronda. Eran tiempos de escuchar rock alternativo, pero también bossa nova y música del mundo. “Me fui probando… y me salió! Es que la música siempreme sorprende y me lleva a lugares de mucha felicidad… donde explota la pasión que tengo”, cuenta esta misionera que también estuvo radicada en Buenos Aires y Brasil. “Soy autodidacta. Pero gente del camino me fue enseñando. Hoy en día tengo una banda muy power. Ellos son Los Nenekos (Diego Bergara en bajo, Inti Velázquez en guitarra y Darío Vega batería). Y puedo decir que vivo de la música”, celebra, aunque ese sea un árbol de muchas ramas.
Aparte de la banda, canta a dúo con otra gran artista y amiga, que es Cecilia Moya. “Descubrí que me gusta mucho trabajar con niños. Hace cinco años que trabajo en el Parque del Conocimiento como asistente de dirección en el coro de niños, porque una vez me convocaron para cantar en portugués, y se generó un clima muy lindo. Además tengo alumnos particulares en talleres de iniciación a la guitarra, al canto, talleres de canciones, todo muy lúdico, además de un taller que se llama Música y Movimiento, donde con India Pernigotti fusionamos la danza con el canto y el movimiento”.
Sobre el Mate Rock, opina que es “un concurso copado… y es una pena que no se hayan anotado más mujeres”. Como presidenta de MUM -Músicas Unidas de Misiones-, Mariana está muy al tanto de las dificultades que una artista mujer debe sortear. “Cuesta un montón que las pibas se suban a un escenario, por temas que vienen de larga data. Por eso celebro la puesta en vigencia de esta ley que vino a abrir un camino nuevo. Aunque aún cuesta un montón que se respete en los ámbitos de festivales”.
“Yo siento mucho el apoyo de la gente. Hay público para mí y para lo que hago. Pero igual, la música es un trabajo y a la ley de cupo todos tenemos que conocerla y cumplirla. Principalmente los productores”, sonríe.
Micol y el regreso al escenario donde se lanzó como solista
“La voz que cree, la voz que impulsa. La voz que empodera y revoluciona”. Así se presenta esta cantante, que empezó a pisar fuerte en la escena local hace pocos años, aunque la música y el canto se hicieron presentes desde muy joven.
“Debuté como solista en este mismo escenario, el año pasado, teloneando a David Lebon. Y fue hermoso, yo lo escuchaba de niña. Así que volver a estar allí y de algún modo ser ahora quien de la mano y acompañe a los nuevos artistas, me llena de orgullo”, cuenta Micol Ortas, que viene además de ser jurado de los Juegos Culturales Evita. La cantante siguió de cerca la competencia del Mate Rock. “Vi que han ido surgiendo muy buenos talentos en este año; tengo incluso, mis favoritos. Aunque yo hago pop, también fui rockera y me gusta mucho”, confesó.
En efecto, Micol tiene un recorrido interesante. Desde adolescente se destacó en programas de televisión como “El Anfitrión” o “Abrecaminos”, de Canal 12. En Posadas, integró las bandas “Fora da lei”, “Sinsabora”, “Wonderfunk” y otras, ganándose el respeto de sus pares y conquistando al público. Sin embargo, fue en los últimos años que se empezó a hablar de ella como solista.
En plena cuarentena se puso a explorar el mundo de la composición en programas digitales y fue armando su propio estudio de grabación, tomando confianza en su vuelo artístico y desplegando sus talentos como compositora. Así se contactó con Marcelo Salina, productor y guitarrista, quien hoy es su compañero en el sueño de llevar su palabra y su voz a distintas plataformas.
“Para mí, mi música fue un descubrimiento personal, interno, como individuo. Lo fui llevando a un nivel profesional, pero somos seres integrales, atravesados por todo. Así que cuando me propuse lanzar mi proyecto solista decidí cargarlo de toda mi energía y mi personalidad. Y me encanta sentir que me convocan y que se valora todo eso”. En ese proyecto la acompañan Martín Darío Peralta y Juan Antonio Snihur en guitarras, Diego Matías Segovia en bajo, Juan Pablo Martinez Luque en teclado y Mateo Ernesto Castillo en batería. Anclada en el pop, ningún ritmo se le resiste. Su compromiso es contarle al mundo, a través de la música “que venimos a ser genuinos y cada vez mejores seres humanos”.
Con respecto a la ley de cupo, está muy atenta al tema desde el día uno. “Las mujeres artistas y disidencias estamos en contacto con el equipo del INAMU, Y si bien falta mucho por recorrer, claramente es una ley justa, que nos ha permitido lograr grandes cosas”, asegura. Sin embargo, Micol llama a la reflexión sobre desde qué lugar se cumple. “Lamento cuando desde las organizaciones se convoca a mujeres solo enunciando el aspecto legal. No sentí eso conmigo, pero lo he visto con otras compañeras, y el trato que luego reciben en escena no es el mismo que cuando se llama a artistas por sentir afinidad con ellos”.
Aunque reconoce que “de todos modos, la ley nos abre puertas y caminos. Pero me gustaría que revisemos ese aspecto”, apuntó.