Rodeados del cariño de cientos de afectos, en el mediodía del sábado los restos de Ramón Ayala llegaron al cementerio de La Chacarita -CABA-, donde fueron cremados para que, según fuera su deseo y en fecha aún por definir, “volverse parte del paisaje” cuando sus cenizas sean esparcidas en diferentes puntos de Misiones.
En horas del mediodía los restos de Ramón Gumercindo Ayala fueron depositados en el crematorio de La Chacarita ante la presencia de su compañera y esposa María Teresa Cuenca. Colegas y amigos, como el ministro Joselo Schuap, Cacho Bernal y muchos más se acercaron a despedir al poeta cuyas cenizas, cumpliendo el viejo anhelo de Ramón: volver a Misiones para ser parte del paisaje, como lo fue su música, su pintura y su poesía. Efectivamente, en fecha aún por definir, sus cenizas regresarán a esa “tierra roja”, a la que tan bien representó.
En el acto de despedida Cacho Bernal ejecutó el cajón peruano, interpretando el ritmo del gualambao acompañando los cantos al Río Uruguay, a esa Posadeña Linda y al Cosechero, ahora inmortal.
Entre los presentes también se encontraban Tristán Bauer -Ministro de Cultura de la Nación- y Facundo Saravia -en nombre de SADAIC-, en tanto que en nombre del gobierno de la provincia estuvo Miriam Durán – Directora de la Casa de Misiones – y el Secretario de Estado de Cultura, Joslo Schuap, quién en lugar de dar un discurso prefirió que, junto a los abrazos y lágrimas, fueran las canciones las que despidieran al gran poeta de la tierra colorada.
En Posadas también se despidió al gran Ramón
La Bajada Vieja fue el escenario de una convocatoria espontánea y popular, que se inició en la propuesta de la cantante Cecilia Pahl y tuvo eco en muchos artistas y referentes de la Cultura.
Luego de que Cecilia y algunos referentes expresaran en palabras el sentido de la reunión y la influencia que Ramón tuvo en sus vidas, siguió la música. La agrupación infanto juvenil “Grillitos Sinfónicos” interpretó temas de Ramón acompañados por las voces de Susana Romero, Cecilia Pahl y Cecilia Simonetti. En tanto que Rulo Rodríguez, viejo amigo de Ramón, regaló una declamación de Posadeña Linda cargado de emotividad.
Fue una reunión sencilla y emotiva, que convocó a los vecinos de Posadas y a varios músicos, conocidos de antaño de Ramón, que decidieron compartir el duelo por la partida de este artista que supo poner música, color y palabras a los paisajes y al modo de vivir de los misioneros.