Hace pocas horas -y a 6 días de cumplir 90 años- falleció Ricardo Ojeda, bandoneonista y compositor misionero, más conocido como “el maestro”. Deja así el plano físico quien fuera uno de los máximos exponentes de la música misionera, y que ostenta en su larga trayectoria hitos como ser uno de los mentores del Festival Nacional de la Música del Litoral o de la “Cantata al General Indio”.
Una vida dedicada a la música
Plácido Ricardo Ojeda nació en San Javier, provincia de Misiones el 9 de junio de 1930. Hijo de padre correntina y madre misionera, sintió vocación por la música desde los siete años de edad, cuando comenzó a ejecutar el bandoneón siguiendo los pasos de su hermano Altamirano. A los nueve años se integró a una orquesta, y fue en esos años tiernos que decidió dedicarse de lleno a la música.
Posteriormente se perfeccionó en el bandoneón con el maestro Ángel Domínguez, a la vez que integró la orquestra de Oscar Dioverti junto a su tío Calixtrato Alves. Se radicó en Posadas a finales de la década del 40, donde cursó estudios superiores de Música con el maestro Guillermo Riechert. En esta etapa formó su primera orquesta, que interpretaba varios géneros.
En el año 1960 se radicó en Buenos Aires para estudiar “Armonía, contrapunto y dirección orquestal”. Junto a José María Novoa, Lucas Braulio Areco, Ademar Galli (entre otros) fue parte fundamental de la comisión que dio vida al “Festival de Música del Litoral”, que se realiza desde el año 1962 en Posadas (Misiones) y que ha consagrado a artistas como María Helena, Antonio Tarragó Ros, Fermín Fierro, María Ofelia, Mario Bofill entre otros.
En ese mismo año se conforma la Orquesta Folklórica de la Provincia creada por el artista correntino Lucas Braulio Areco, pasando en el año 1963 a ocuparse de la dirección, tarea que realizó hasta jubilarse, permaneciendo siempre en el rol de arreglador.
En el año 1981 fue convocado por el cineasta Eliseo Subiela para componer la música regional del filme “La conquista del paraíso”. En 1984 graba junto al trombonista de Entre Ríos Abelito Larrosa Cuevas el disco “Litoral te quiero”, editado por el sello “R.C.A. Víctor” donde Ojeda registra obras de su autoría como “Hora misionera” y “Tus piropos”. En el año 1988 volvió a ser convocado por Larrosa Cuevas para grabar el disco “Juntata linda en el litoral”, otra vez para “RCA Víctor”, junto al guitarrista correntino Mateo Villalba. Como solista ha editado además una veintena de discos.
Frutos recientes
En la década del 90 Ricardo Ojeda compuso dos de sus obras más trascendentes, la “Cantata del General Indio” (inspirada en Andrés Guacurarí, con texto de Ismael Fernández), que presentó en todo el territorio de Misiones y en el Teatro General San Martín de Buenos Aires, y la “Misa Misionera” compuesta en 1994 y estrenada en 1996. Le pertenecen además otras 100 composiciones, como “El Cumandá”, “A las muchachitas del litoral”, “A orillas del Moconá”, “Bravo Mensú”, “Donde nació mi padre”, “Naranjales silvestres”, “Sangre misionera”, “Tierra brava”, “Virgencita de Itapé” y “Por las rutas de Misiones”, por citar algunas.
Referente de la música
En 1996 participó junto a la Orquesta Estable del Instituto de Santa Fe, de la Folkloreada Mundial que se realizó en los países de Holanda y Suecia, organizados por la UNESCO.
Viajó por Europa representando a nuestro país. También creó la Banda del Servicio de la Penitenciaría, cuya dirección ejerció durante treinta años y con quienes llegó dos veces a los escenarios de Cosquín. Hasta casi sus últimos días fue docente y director de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC) en Misiones. Allí, de manera gratuita, enseñó a chicos de 7 a 14 años. En esa escuela se formaron grandes valores como los Núñez, Diana Amarilla, Joaquín Benítez, entre otros tantos: “Cada vez que veo a mis alumnos trascender, ciento una enorme satisfacción”, solía decir.
El 2 de septiembre de 2011 fue distinguido por su labor artística en el Senado de la Nación, y entre sus últimos galardones se cuenta el premio municipal Arandú “Consagración”, el mayor de la gala del Arandú, “por su trayectoria y aporte a la cultura misionera”.
FOTO: cortesía Primera Edición