El legado musical de los pueblos originarios dotó de un manto de gran espiritualidad a la primera noche del Festival de Arte Sonoro Indígena en el Teatro Lírico del Parque del Conocimiento. Esta tarde, a partir de las 17 hs, prosigue con el taller de Tejido Wichi y cierre musical desde las 19 hs. Entrada libre y gratuita. El ingreso es por orden de llegada hasta agotar la capacidad de la sala.
La celebración musical del legado ancestral originario bajo el nombre de 2do Featival de Arte Sonoro Indígena, inició anoche y culmina hoy en el Teatro Lírico del Parque del Conocimiento, poniendo en escena a más de 70 artistas de todo el país y demostrando que las lenguas nativas siguen contando historias, ya sean en Guaraní, Huarpe, Qom, Wichi, Charrúa, Kolla o Mapuche.
“Observamos que en el país no existen espacios o escenarios en los cuales nuestros artistas indígenas tengan la posibilidad de presentarse. Por eso este Festival se presenta como un hermoso mapeo de músicas, sonoridades y lenguas madres, que forman parte del patrimonio cultural que debemos conocer, amar y defender”, expresó la vicepresidenta del Instituto Nacional de la Música (INAUMU), Charo Bogarín, quien ofició de maestra de ceremonia de la velada. Es justamente el INAMU, junto a los ministerios de Cultura de Nación y la Provincia de Misiones, quienes hacen posible esta segunda edición del festival, aunando esfuerzos con el Parque del Conocimiento y el Instituto de Previsión Social (IPS), cuyos titulares, Claudia Gauto y Lisandro Benmahor, respectivamente, acompañaron la apertura de la celebración ancestral.
El primer concierto de la jornada inaugural tuvo como protagonistas a los once integrantes del Coro Mbya Mba Epu, de la comunidad Tava Miri, localizada en la ciudad misionera de San Ignacio. Este grupo está integrado por niños y adolescentes bajo la dirección de Germán Acosta, quien tras la presentación expresó que “es muy hermoso poder compartir este escenario con otros hermanos, conocer otras músicas, y mostrar nuestros cantos, que son parte de nuestra esencia, y que cada persona aprende en nuestro pueblo desde sus primeros años”. Sobre el final de la actuación del coro, el subsecretario de Revalorización Cultural, Eliseo Chamorro, junto al ministro de Cultura, Joselo Schuap, hicieron entrega al director del coro de un violín que se suma a los instrumentos del conjunto.
Afincados en la región de Cuyo, el pueblo Huarpe cuenta actualmente con casi doce mil habitantes. La musicalidad de este pueblo conecta directamente con aspectos ceremoniales y espirituales. El trío compuesto por Omta Pachay, Ya Chesyse y Tkyer, representó a este pueblo indígena con cantos que reflejan su cosmogonía e identidad.
El festival tuvo continuidad con la presencia de la gran embajadora del canto qom, Ema Cuañeri. Nacida en Quitilipi (Chaco), Ema lleva varias décadas abocada a la interpretación de la música en qomlec (lengua materna qom). Tras un aclamado paso por el Teatro Lírico, confesó que “es realmente muy valioso que quienes levantamos las banderas de la música de nuestros pueblos originarios tengamos esta oportunidad de presentarnos con este nivel técnico y sonoro”.
La música como sanación
Una de las cuestiones que todos los artistas que pasaron por el escenario hicieron explícita, es el hecho de que este tipo de cancioneros, lejos de circunscribirse al ámbito del entretenimiento o la diversión, se ligan estrechamente a ritos de sanación, de agradecimiento por las cosechas, de reivindicaciones territoriales y diferentes contextos que forman parte trascendental de cada cultura.
Con un quinto disco próximo a ver la luz, la charanguista y cantautora bonaerense Adriana Bello representó al pueblo Kolla con una andanada de huaynos, vidalas, bailecitos y cuecas, en los que plasmó además la impronta de lucha contra el modelo extractivista (se refirió especialmente a la industria petrolera) que atenta contra los territorios y las formas de vida indígena. “Este festival es único en nuestro país y pone en primer plano las músicas que vienen desde hace siglos y se mantienen vivas en las comunidades”, destacó el subsecretario Eliseo Chamorro.
El pueblo mapuche estuvo representado por la voz de Beatriz Pichi Malen, cantante que ofreció un repertorio de piezas ancestrales en idioma mapuzungun, acompañada por el prestigioso percusionista mendocino Chacho Ruiz Guiñazú. “Los cantos que interpreto son en lengua antigua y que reflejan la memoria viva de un pueblo, es un canto genuino, por eso, en ese sentido, no tengo que explicar demasiado. Lo que sí debo decir es que todavía se niega la identidad de nuestros pueblos originarios; por eso este festival es de una enorme importancia” observó la cantante mapuche.
Con 11 integrantes en escena y con el honor de ser considerado el primer coro indígena fundado en Latinoamérica, el Coro Qom Chelaalapí (“bandada de zorzales”), brindó un emotivo concierto demostrando las virtudes que a lo largo de más de medio siglo lo han llevado a recorrer cientos de escenarios en numerosos países.
El cierre de la primera jornada estuvo a cargo del grupo jujeño de raíces kolla Pacha Runa que, con una impronta festiva y peñera, enuncia poéticas que exaltan los derechos de los pueblos indígenas a partir de ritmos andinos como el taquiraris, el salay y el hauino. Una banda con más de treinta años de trayectoria que, a puro quenas y sikus, puso a bailar al respetable que incluso tomó por asalto el escenario demostrando que espiritualidad y felicidad, además de rimar, nos pueden llevar a un mismo lugar.
De este modo, se completó la programación de la primera noche de un festival que pone en valor las diversas expresiones musicales que, habiendo nacido en el seno de culturas originarias, hoy pugnan por mantener su vigencia, y al mismo tiempo reclaman con toda justeza, un lugar de visibilidad y respeto dentro del folklore latinoamericano.
Canto con Caja, sencillez y solemnidad de un ritual ancestral
La baguala, la vidala y la tonada, son los tres pilares rítmicos que alcanza a contener el denominado Canto con Caja, una expresión musical propia de los pueblos originarios andinos, considerado uno de los artes sonoros primigenios entre aquellos que afloraron en el actual territorio argentino. Leda Nery Valladares Frías, artista tucumana nacida en 1919, es considerada la mayor investigadora, ejecutora y divulgadora de este género folklórico. Una de sus discípulas es Miriam García, música, actriz y educadora popular que en la tarde del sábado tuvo a su cargo la apertura de la segunda edición del Festival de Arte Sonoro Indígena, con un taller sobre Canto con Caja, en el SUM del 4to piso de la Biblioteca del Parque del Conocimiento.
Esta tarde, a partir de las 17 hs. María del Carmen Toribio dictará el taller “Tejiendo Raíces – Técnica milenaria de Punto Yica del Pueblo Wichí”. Quienes estén interesados deberán llevar bastidor, aguja colchonera y muchas ganas de conocer un poco de la cultura de este pueblo.