El miércoles 16 de noviembre el Teatro Lírico será escenario del espectáculo “Gualambaos: Concierto Sinfónico para Ramón Ayala”, ejecutado por músicos de la Orquesta de Cámara del Parque del Conocimiento y artistas invitados. La velada iniciará a las 20 hs con entrada libre y gratuita, con ingreso por orden de llegada y sujeto a capacidad de sala.
Una velada única: “Gualambaos: Concierto Sinfónico para Ramón Ayala” es el espectáculo producido en conjunto por el Ministerio de Cultura de la Provincia y el Parque del Conocimiento a través de la Orquesta de Cámara, para rendir homenaje al El Mensú. “Esta es una ofrenda, en nombre de todo el pueblo misionero, a uno de nuestros artistas inolvidables, y responde a un viejo anhelo de Ramón, algo que por suerte podemos regalarle y que ya tuvo su primera entrega el domingo pasado en el CCK”, manifestó Joselo Schuap, ministro de Cultura y artífice de este homenaje.
Cumpliendo un sueño
Los ensayos ya se vienen llevando a cabo en el Parque del Conocimiento, bajo la coordinación de la dupla de arregladores que tendrá esta pieza especial: Juan de Dios Rivas y Gonzalo Bobadilla. “Ramón siempre soñó con que su obra de gualambao pueda tener una fase sinfónica, y para nosotros, como músicos, es una verdadera bendición y un gran desafío poder trabajar con las canciones que él mismo eligió y adaptarlas” afirma el músico Juan de Dios Rivas durante un respiro en medio de la intensidad del ensayo.
Más de treinta artistas son los que intervienen en la delicada ingeniería sonora de este gran tributo. Violines, violonchelos, contrabajos, oboes, timbales, flautas, clarinetes y otros instrumentos, confluyen bajo la dirección del maestro Nicolás Albornoz para darle nuevo aliento a composiciones como “Corochiré”, “Panambí Hovy”, “La voz del monte” y “Volver en cuento”, por citar sólo algunas de las piezas que seleccionó “El Mensú”, a las que se suma la participación especial del percusionista Cacho Bernal, amigo personal y percusionista histórico de Ramón.
Bobadilla tiene en cuenta que “Ramón Ayala es un admirador declarado del impresionismo”, en alusión al movimiento artístico que surgió en la esfera de las artes pictóricas (que Ramón también abraza), pero cuyo espíritu decantó en la música a partir de una búsqueda de inspiración e interpretación de los elementos propios de la naturaleza. “Para trabajar en este homenaje, tuvimos que considerar ciertos parámetros que tienen que ver con las melodías, y en este sentido la premisa de respetarlas en la mayor medida posibles, basándonos en esas ideas y sosteniendo a nivel rítmico las bases del género, del gualambao, que es nuevo. Por eso a nivel personal lo vivo de manera de representar a una música que recrea nuestro paisaje y esencia” afirma Bobadilla.
Para Juan de Dios Rivas, quien además reside en un entorno natural (“vivo en el monte”, la obra de Ayala “es una interpretación de todas esas características sonoras que aparecen en el monte, como una imitación magnífica del paisaje y las voces de la naturaleza”.
Todavía quedan ensayos por delante, pero ya se perciben las nuevas dimensiones y texturas de este manojo de gualambaos que el 16 de noviembre serán presentados ante los ojos y oídos de su creador, en el marco de una noche en la que el público podrá ser testigo del homenaje soñado por uno de nuestros principales embajadores artísticos.