En su despedida de Misiones, el acordeonista Raúl Barboza brindó una charla en el Parque Temático de la Cruz. Además, se estrenó el documental sobre su vida, con presencia del director del film. Varios músicos misioneros estuvieron presentes y tocaron algunas canciones junto al “mago del acordeón”.
En las épocas fundacionales de lo que hoy es la localidad de Santa Ana, la ladera del entonces Cerro Peyuré supo albergar poblaciones originarias y reducciones jesuíticas que encontraron en esas superficies plenas de naturaleza, un espacio óptimo para la vida y el resguardo de determinadas amenazas. Con el correr del tiempo, esa colina pasó a ser conocida como el Cerro Santa Ana y desde abril de 2011 el lugar cobró notoriedad al inaugurarse el Parque Temático de la Cruz. Aquí, en la ardiente jornada del sábado, se vivió una velada que tuvo nuevamente como protagonista al admirado acordeonista Raúl Barboza, y como invitados, a varios músicos misioneros.
Expiraba la tarde cuando vestido íntegramente de blanco (camisa, pantalón, mocasines), y en su último día en la provincia de Misiones -antes de partir hacia Corrientes para participar de la Fiesta Nacional del Chamamé –Barboza hizo su entrada al pequeño estrado sobre el cual brindaría una charla devenida en “enchamigada”, junto a los músicos presentes. Sólo un rato antes, el ministro de Cultura Joselo Schuap y la Subsecretaria de Parques Turísticos y Temáticos, Vanina Vera, dieron la bienvenida a una concurrencia entre la que se encontraban, entre otros, Pico y Chavo Nuñez, Yoni Mombage, Leo González, Lisandro Vega, Gervasio Malagrida, “Chapu” Domínguez y Sergio Tarnoski, entre otros reconocidos artistas de la región.
Junto a Barboza, como desde hace 20 años, a la izquierda, el percusionista Cacho Bernal y a la derecha el guitarrista Nardo González. En esos momentos, en que Barboza empuñaba su acordeón para dar inicio a la actividad, desde las guayubiras, los cedros y otros de los árboles del lugar, el sonido potente de las chicharras parecía alcanzar su máximo esplendor. Ese canto tan característico, en verdad se denomina estridulación y así como el sonido del acordeón se produce cuando los fuelles se expanden y contraen para que circule el aire a través de las láminas, cuando las cigarras estridulan, sucede también un movimiento ciertamente parecido, cuando los sacos de aire que los machos tienen en el abdomen, se inflan y desinflan para que esa estridencia sea posible. Esta similitud, remite a su vez, a la cosmovisión artística y de vida que Raúl Barboza abraza desde hace décadas, basada en un apego y conexión a la naturaleza, que se ve profundamente reflejada en su música, con singular impronta.
El principio de la charla tuvo como disparador una versión de “Merceditas”, que sirvió como base para las observaciones de Barboza en torno a las formas de ejecución, la armonía y otros aspectos del quehacer musical. En otro tramo, se refirió a la diferencia de estilos entre artistas que lo forjaron en su camino, como Isaco Abitbol, Ernesto Montiel y Tránsito Cocomarola. También habló acerca de la influencia de los viajes en su manera de tocar el acordeón y posteriormente, el tridente interpretó Granja San Antonio (A. Tarragó Ros), para dar luego lugar a un momento maravilloso, que se desencadenó cuándo varios de los músicos presentes, con sus instrumentos, fueron pasando al escenario para la interpretación conjunta e improvisada de “Kilómetro 11” y “La Calandria”. Además de los artistas antes nombrados, descolló con su participación el violinista santiagueño Javier Chazarreta, quien se encuentra ocasionalmente en la provincia y anoticiado del evento, se acercó a escuchar a Barboza, sin sospechar siquiera que terminaría tocando dos canciones con él y los demás músicos, entre ellos, Los Nuñez. “Raúl Barboza representa una inspiración muy grande para las generaciones de músicos, y es un orgullo y una felicidad poder tenerlo hoy acá entre nosotros en Misiones” expresó Juan “Pico” Nuñez.
A su vez, el guitarrista y cantor “Chapu” Domínguez, subrayó que “Barboza es un referente desde siempre. Lo que compartimos hoy con el maestro es histórico. Fue un honor”.
La Voz del viento
Una vez transcurrida esta primera parte de la jornada, el público pudo disfrutar del estreno en Misiones de “La voz del viento”, el documental sobre Raúl Barboza realizado por el director Daniel Gagliano, quien estuvo presente. “Conocí a Barboza en un bar, cuando él estaba próximo a cumplir 80 años. Desde entonces tuvimos varios encuentros y comencé a registrar sus presentaciones. Así fue surgiendo esta película que busca reflejar más allá de su música, también lo especial de su personalidad, su espiritualidad, su vínculo con la naturaleza y todo lo que logra transmitir” señaló Gagliano.
Uno de los músicos que aparece en la obra, resume a la perfección y con una sola frase, la importancia artística de “El Mago del Acordeón”. Se trata de un “gaitero” gaúcho de Rio Grande do Sul (Brasil), que al referirse a Barboza afirma que “para muchos acordeonistas, después de escuchar a Barboza, hay un antes y un después en nuestra forma de tocar el instrumento”.