Fue en el marco de “Alma Guazú”, programa del ministerio de Cultura que promueve la inclusión y el bienestar de los adultos mayores a través de las expresiones artísticas y culturales.
El domingo, en la tarde, cuando el sol comenzó a aflojar y cedió espacio a un tenue pero refrescante viento, comenzaba en el cuarto tramo de la costanera posadeña, el espectáculo “Homenaje a los inmigrantes. Crisol misionero”, en el marco del programa Alma Guazú, que Cultura Misiones realiza en conjunto con la Asociación Civil Años Dorados, el Club De Abuelos Los Pinos y el CAMMP Corazón Ancestral.
El evento comenzó con una tanda de canciones folklóricas a cargo del músico Antonio Benítez. Luego, la Subsecretaria de Relaciones Públicas e Institucionales, Celina Jedlicka, se refirió a la política pública “Alma Guazú”, sus desarrollos y alcances. “La idea del programa es promover la inclusión de nuestros adultos mayores a las actividades culturales que se dan en la provincia. A través de distintas acciones y actividades, de formación, artísticas, de escucha, de compartir y canalizar emociones y expresiones”, explicó la profesora Jedlicka.
A su turno, la profesora Paula Vogel, quien lleva adelante estos talleres, expresó que en ellos “se busca integrar la palabra con el sentir del cuerpo a través del movimiento, la expresión y la interacción con los pares, y de este modo afianzar el bienestar y la seguridad liberando tensiones acumuladas. La gimnasia acerca al corazón haciendo sentir a los participantes seguros, íntegros y humanos”.
Emocionada por el evento y en el día de su cumpleaños, la representante del club “Corazón ancestral”, Pina Román Fleitas, recibió el afecto del público y contó que “este homenaje a los inmigrantes surge en 2017, cuando formábamos parte de la Secretaría del Adulto Mayor. Lo mejor fue que gracias a este homenaje unimos clubes y centros de abuelos, y se dio un encuentro mágico”.
Tras los discursos, se dio rienda al despliegue de expresiones teatrales, de danza y al colorido de los laboriosos y logrados trajes típicos con los que, las distintas artistas, fueron representando a cada una de las corrientes inmigratorias que encontraron en Misiones, un refugio donde soñar un futuro.
“Es la primera vez que vengo a ver a mi abuela actuar. Me hace muy feliz verla contenta, activa, y eso es gracias al programa Alma Guazú que la mantiene conectada, con energías, aprendiendo nuevas expresiones y desarrollando una veta artística, que es algo que siempre le gustó. Estas actividades además fomentan mucho el compañerismo y tiene un impacto muy positivo sobre los adultos mayores” resumió Beatriz González, nieta de unas de las mujeres que protagonizó el espectáculo.